Abraham Abramovitz
Profesor en Posgrado UPCH
Lecciones positivas del coronavirus.
Todas las crisis son oportunidades de aprendizaje. Esta pandemia del COVID-19 nos ha dado la oportunidad de reflexionar y entender muchas cosas que podemos hacer mejor. Hemos sacado muchas lecciones, pero no es suficiente. Tenemos que convertir cada una de esas lecciones en acciones. Aquí les dejo 3 lecciones que creo deberíamos asegurarnos, como sociedad, que se conviertan en acciones.
Lecciones positivas
1) Protección
El sentido de protección es parte esencial del ser humano. Trasciende la voluntad de una persona, es una respuesta fisiológica de nuestro organismo. Es así que una madre protege a su hijo ante cualquier peligro, sin ni siquiera pensarlo; es instintivo. Ese sentido de protección fisiológico se va perdiendo cuanto más lejana es la persona. En primer lugar generalmente están los hijos o papás, siguen los hermanos, después abuelos, tíos, luego llega a los amigos y por último, y la que muchas veces olvidamos; nuestra comunidad. El COVID-19 nos ha demostrado que el sentido de protección permanente debe ir mucho más allá de nuestro núcleo familiar. Si protegemos nuestra comunidad, en consecuencia, protegemos a nuestra familia. Si una persona que no conocemos incumple la cuarentena, no usa mascarilla y se cruza con un familiar nuestro, nos molesta porque pone en riesgo a nuestro núcleo. Bueno pues, aprendamos a proteger a toda nuestra comunidad. Si una persona pobre no puede mantenerse en casa porque vive el día a día, estamos directamente desprotegiendo a nuestra familia.
2) Agradecimiento
Muchos nos encontramos en situaciones extremadamente más favorables que otros. Las diferencias sociales profundas se dejan notar en esta época de crisis. Hemos entendido en esta coyuntura que tenemos mucho por lo que agradecer, especialmente los que podemos tener un techo, comida o trabajo para sobrevivir los duros meses de cuarentena. Tenemos mucho que agradecer los que estamos sanos y no somos parte de los miles de fallecidos globalmente a causa del COVID-19. También tenemos que agradecer que nuestros familiares o amigos estén bien y no se vean seriamente afectados. Hemos tenido muchas semanas para entender que, todo lo que dábamos por sentado, en realidad es una bendición, y tenemos que ser agradecidos con ello.
3) Reconocimiento
EL COVID-19 nos ha dado la oportunidad de evaluar realmente cuáles son los roles trascendentales en la sociedad, y cuáles no. Nos ha permitido reconocer que los médicos, enfermeras, agricultores, entre muchos otros oficios, son los más importantes de nuestra sociedad. La base de nuestra sociedad se sostiene por las personas cuyo oficio sacrificado es servir, un concepto tan simple pero tan poco reconocido. La coyuntura nos ha permitido ver que podemos sobrevivir sin muchos de los personajes que ganan millones, pero que no podemos dispensar de aquellos que pelean por llegar a un sueldo digno. El mundo al revés en el que vivíamos ha necesitado una pandemia global para que reconozcamos a aquellos que tanto valor aportan y el gran sacrificio que hacen para servirnos en nuestras necesidades más básicas: en especial salud y alimentación.
¿Y cómo pasamos de la lección a la acción?
Tenemos solo dos opciones cuando pase, si Dios quiere pronto, la pandemia del COVID-19: dejamos las lecciones aprendidas en mensajes inertes a los cuales podríamos volver a revisar en una próxima pandemia y darnos cuenta que no hicimos nada; o realmente tomar acción sobre los aprendizajes.
Protección
Aportar en nuestra sociedad para proteger y ayudar a los que más necesitan para que puedan salir adelante y una próxima pandemia no los afecte como la de ahora. No solo a la familia que fisiológicamente ya estamos diseñados para proteger, sino a toda nuestra comunidad. Tenemos que crear una sociedad más justa y con menos brechas sociales.
Agradecimiento
Ser agradecidos con lo que tenemos y buscar por todos los medios que cada persona pueda tener las mismas oportunidades, sea de dónde sea que nazca, o sea de dónde sea que venga. Si somos realmente agradecidos, deberíamos tomar acciones concretas para mejorar la realidad que nos rodea. Educación y salud de calidad para todos, sin excepción.
Reconocimiento
Todos los personajes tan agradecidos y aplaudidos durante estas semanas no pueden volver al mismo lugar cuando pase la pandemia. Tenemos la oportunidad, y el deber, de redistribuir los recursos de una manera más inteligente y coherente. Podemos aprender a reconocer, siempre, y con todos los recursos disponibles, a aquellos que trabajan para servir y cubren nuestras necesidades más importantes; los profesionales de salud, los profesores, los agricultores.
Ojalá podamos aprovechar esta gran oportunidad que tenemos para replantearnos como podemos no solo sacar lecciones de esta pandemia, sino acciones para construir una sociedad más justa y sostenible.