Dra. Luz Loo de Li, Médico Cirujano, especialista en Administración de Salud.
Presidente de la Federación Peruana de Administradores de Salud (FEPAS) y presidente de la Fundación Elisabeth Kübler-Ross Perú
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El rol del Cuidador sea un miembro de la familia o una persona contratada para desarrollar la labor en forma específica, se hace cada vez más visible.
Es interesante mirar desde fuera y también mirar desde dentro. Veremos detalles quizás sencillos, rutinarios, pero de mucha importancia, de gran impacto en las personas, especialmente en el binomio Cuidador – Persona Cuidada.
Los Cuidadores tienen bajo su responsabilidad a una persona con algún nivel de dependencia o con discapacidad permanente o dependencia que va incrementándose. Puede ser un niño, un joven, un adulto, una persona mayor o de la edad de la sabiduría como a mí me gusta llamarle.
📌Uno de los aspectos más importantes es ¿quién es el Cuidador?, ¿tiene las habilidades y competencias que se requieren para atender a la persona con necesidades específicas?, y entonces nos vamos a mirar ¿a quién cuida?
El Cuidador enfrentará desafíos diferentes, si su paciente o la persona que cuida es un niño con alguna enfermedad rara o huérfana, si es una enfermedad discapacitante desde el nacimiento o la discapacidad va creciendo en el tiempo; si es un adulto con una situación de dependencia aguda; si es una persona de la edad de la sabiduría, personas mayores de 60 años, Adultos mayores, La Segunda Mitad, que son personas independientes que de pronto de vuelven dependientes en forma aguda, personas con enfermedades discapacitantes en el tiempo, que los van impactando poco a poco, personas que se complican por la presencia de enfermedades en simultáneo, personas que tienen enfermedades que en el corto o mediano plazo les causará la muerte.
Los detalles que traen las personas con algún nivel de dependencia ponen a prueba sin duda el entorno familiar, las relaciones sociales, el medio ambiente en el que se desenvuelven, los servicios de salud, así como a los Cuidadores, a fin de garantizar el cuidado, la atención de calidad, seguridad y respeto de la dignidad humana.
Las necesidades que presentan los pacientes o las personas que requieren el servicio de Cuidadores, son variadas, y es necesario tener en cuenta el concepto de un cuidado humanizado, calidad de vida, una labor con respeto, con humildad, con amor incondicional, con empatía, compasión, tolerancia, paciencia, con dominio de la comunicación interpersonal, enfocado al ser humano que tenemos al frente, teniendo en cuenta la multidimensionalidad del ser que es física, emocional- social, espiritual y cognitiva.
En este contexto, es necesario tener en cuenta el bienestar del Cuidador, compartir tareas, darle un espacio de confort en su jornada laboral, que se alimente bien, que pueda también descansar. Un cuidador hace su labor a presión muchas veces, tiene sentimientos de frustración, de incertidumbre.
Si se acompaña la etapa al final de vida, no olvidar mirar a quien se va y a quien cuida, las pérdidas son en ambos lados, el duelo también se hace presente en el Cuidador.
Hay un camino interesante por transitar.