El estrés en la vida actual

María Lourdes Cáceres
Psicólogo y Psicoterapeuta
CPsPn°31996

Psicóloga María Lourdes Cáceres

El estrés en la vida actual

No hay nadie en este mundo actual que no haya escuchado la palabra estrés. Es parte de la vida diaria. Sirve como un mecanismo de adaptación al medio ambiente.

Lo usamos para afrontar las exigencias del entorno agilizando nuestro pensamiento, siendo más enérgicos y buscando la manera de superar algunas situaciones que interpretamos como amenazantes.  Bien manejado, nos puede ayudar a enfrentar nuevos retos y puede favorecer la autoestima al lograr nuestras metas.

A todos no nos afectan las mismas cosas, por lo tanto, cada uno podrá identificarse  con situaciones que no necesariamente son interpretadas como difíciles por los demás. Las circunstancias personales en las que vivimos sumadas a los rasgos de personalidad de cada uno, darán como resultado una interpretación única de la situación que puede traducirse en una sobrecarga muy difícil de tolerar incidiendo directamente en su bienestar físico y emocional.

En los casos de estrés, cada persona elaborará una estrategia de respuesta que probablemente será la única respuesta que conoce y con la cual, siente que puede afrontar a la situación.  A veces dará como resultado un efecto positivo y otras veces, no tanto.

Sin embargo, permanecer en un constante estado de alerta será perjudicial para nuestro organismo ya que dificultará recuperar la energía que se invierte para manejar las situaciones que interpretamos como amenazantes, afectando seriamente tanto a nivel físico como emocionalmente, al individuo y a su entorno más cercano.

Con la llegada de la tecnología, profesionales de diversas áreas viven conectados a sus celulares 24 horas al día x 7 días a la semana, sin un descanso real y efectivo.  El ritmo acelerado del trabajo actual, la exigencia y los altos grados de competitividad entre profesionales, así como la escasez de puestos de trabajo, hacen que muchos trabajadores vivan en un permanente nivel de estrés enfocados en cuidar su trabajo.

En momentos como éste, nuestro organismo liberará cortisol, también conocida como la hormona del estrés.  La función principal del cortisol es mantenernos alertas para enfrentar las episodios difíciles o complejos.

Empero, mantenernos en este estado de alerta exige una gran dosis de dicha hormona que afecta directamente nuestros procesos cognitivos como pérdida de memoria, dificultad para concentrarse y tomar decisiones, problemas de atención. Incluso los niños que crecen en ambientes estresantes pueden presentar problemas de aprendizaje y bajo rendimiento escolar debido a la gran concentración de cortisol en su organismo.

El agotamiento emocional produce también irritabilidad, ansiedad, depresión, poca tolerancia a la frustración, impaciencia, agresividad, con lo cual se generan problemas también en las relaciones interpersonales.

Es importante tener en cuenta que una persona que se mantiene con frecuencia en altas dosis de estrés experimenta problemas físicos con síntomas y dolencias como problemas digestivos, hipertensión, problemas cardiacos, cefaleas, dolores lumbares, problemas sexuales, entre otros.

De igual manera, se ha demostrado que el estrés reduce la respuesta inmunológica y la resistencia a las enfermedades.  Las personas que tienen alto nivel de estrés están más expuestas a una serie de enfermedades infecciosas.

Para poder contrarrestar todas estas variables, es importante reconocer lo que nos causa el estrés y en lo posible tratar de alejarnos de esa fuente.   De no ser posible, debemos admitir que existen situaciones que no podemos cambiar, entendiendo que sólo podemos tener control sobre nosotros mismos y no sobre los demás.  Lo que se recomienda en estos casos es trabajar la actitud. Una buena actitud tiene un impacto directo en nuestra calidad de vida.

Por lo tanto, se sugiere hacer una pausa y analizar el problema desde otra perspectiva, buscar nuevas soluciones, modificar lo que estamos haciendo para obtener nuevos y mejores resultados.  Asimismo, estar conscientes de nuestras propias fortalezas, nos servirá para superar estas circunstancias.

Algunas acciones útiles que nos ayudarán a generar oxitocina, la hormona que nos ayuda a relajarnos, a controlar la ansiedad,  a promover la calma, la empatía y la búsqueda de nuevas soluciones:

► Realizar ejercicio, practicar meditación o yoga, buscar ayuda psicológica a través de una psicoterapia, realizar un cambio en los hábitos de alimentación, procurar el descanso, desconectarse de la tecnología, reconectarnos con la naturaleza, retomar aquellas actividades que nos relajan,.

► Hacer listas de prioridades, tomar con buen humor las cosas, mantener la calma, hacer una pausa y respirar profundo, nos servirán también para que nuestro organismo se oxigene y recupere el equilibrio. Estar en calma nos ayuda a tomar el control de nuestras vidas y nos abre nuevas oportunidades y opciones para salir adelante.

► Intentar observar los problemas en su justa dimensión, pedir ayuda, aprender a declinar ciertas actividades que no podemos asumir, aprender a decir No de manera asertiva, adoptar una visión más positiva de las situaciones y poner límites, nos ayudará a reorganizar nuestras tareas tanto en el ámbito familiar como social y laboral.

Los cambios planteados no deben ser radicales o irreales ni debemos pretender que sean de la noche a la mañana porque probablemente de esa manera no podrán ser permanentes. Cada paso que demos nos ayudará a establecer nuevas rutinas de forma paulatina y sostenida en el tiempo.

La contención de la familia y el apoyo de los amigos cercanos es de mucha importancia en estos cuadros de mucha tensión pero sobre todo, las acciones que el propio afectado tome en su vida para manejar las dificultades, harán que éstas circunstancias sean más llevaderas.